Un día de noviembre de 2000, el gran Dirigente, camarada Kim Jong Il, visitó una granja avícola recién construida.

El Dirigente dio vuelta por varios puntos de la planta durante largo tiempo a fin de entregar al pueblo mucho más carnes y huevos sabrosos y nutritivos.

Al anochecerse, un funcionario le dijo que ya pasó mucho tiempo y hay que regresar.

Entonces, el Dirigente aseveró que aunque estaba de pie todo el día observando varios objetos, no sentía cansancio al ver los bienes del pueblo que se incrementan.

Los funcionarios volvieron a sentir profundamente que se florece más la felicidad de los habitantes y se prepara el cimiento eterno de la patria próspera gracias a los esfuerzos incansables del Dirigente quien considera el servicio al pueblo como su máximo placer. -0-