ACNC comenta imprudencia militar de Japón

Pyongyang, 18 de octubre (ACNC) -- Se hacen cada día más recrudescentes las maniobras militares de Japón que aspira su conversión en el Estado de guerra.

Hace poco, una prensa dio a publicidad el hecho de que el destructor Aegis "Chokai" de las "Fuerzas Navales de Autodefensa" de Japón salió con rumbo a Estados Unidos para cargar los misiles cruceros de largo alcance Tomahawk de fabricación norteamericana.

Japón ya hizo todos los preparativos para el uso de armas de ataque de largo alcance en el buque, como la contratación de compra y el ejercicio de operación.

Dice que en el futuro, los 8 destructores Aegis de las "fuerzas navales de autodefensa" dotarán de tales misiles.

Como saben todos, el Tomahawk de 1 250-2 500 kilómetros de alcance se usaba por EE.UU. como un medio de ataque preventivo en varias guerras.

La realidad insinúa que Japón emprendió el emplazamiento de los medios de ataque preventivo de largo alcance para el combate real.

Es un movimiento insoslayable.

Para este país criminal, vencido en la guerra, la dotación de los medios de ataque de largo alcance está prohibida en virtud del derecho internacional y de su propia Constitución en vigente.

Sin embargo, Japón, colmado de la reagresión de carácter revanchista, vino esforzándose durante largo tiempo por poseer las armas de largo alcance considerándolo como una meta estratégica importante.

Sobre todo, en diciembre de 2022 enmendó de manera forzosa los tres documentos relacionados con la seguridad como "estrategia de seguridad estatal", dando luz verde a la posesión abierta de las armas de largo alcance quitándose de la máscara de "defensa exclusiva".

Tras estipular en el documento la posesión de la "capacidad de ataque contra las bases enemigas" (la de contraataque), este país lo determinó como la política estatal y calentó su cabeza con la adquisición de los medios de ataque de largo alcance de diferentes tipos.

Lo ejemplifica el inicio de la producción en gran cantidad de los misiles de largo alcance que se pueden disparar en la tierra, el submarino y el buque.

Al mismo tiempo, intenta ubicarlos en varias bases militares en Kyushu y otros lugares del archipiélago.

Enviar urgentemente a EE.UU. el destructor Aegis adelantando para el año presente el plan de importación de Tomahawk de fabricación norteamericana, que se había planeado para 2026, deja conocer el cálculo apresurado de Japón que quiere terminar lo más pronto posible la ubicación de las armas de largo alcance para el combate real.

En una palabra, los últimos movimientos militares de Japón se dirigen al perfeccionamiento de la capacidad de ataque preventivo.

Es obvio que Japón, que hizo minuciosos preparativos políticos, militares y constitucionales para la agresión a otros países, emprenderá el camino de reagresión al ultramar, si perfecciona finalmente la capacidad de cumplimiento de guerra.

Lo grave del caso es que tales armas de Japón apuntan la República Popular Democrática de Corea y otros Estados regionales.

Al tomar en consideración lo que ese país isleño, que impuso incontables sufrimientos inolvidables a los países asiáticos en el siglo pasado, está colmado en la ilusión vieja sobre la "esfera de coprosperidad de la gran Asia Oriental", es muy clara la dirección de la flecha de reagresión.

He aquí el motivo de no tolerar jamás las tentativas imprudentes de los descendientes militaristas que adelantan el momento de reagresión con la perfección de la capacidad de ataque preventivo. -0-

www.kcna.kp (2025.10.18.)