Un día de abril de 1988, el gran Dirigente, camarada
En aquel entonces, los médicos no sabían qué hacer con el hombre que ya perdió el conocimiento por su grave herida.
El Dirigente dio al hospital local la tarea de prolongar lo más posible la vida del herido hasta la llegada del grupo médico de la capital.
A la orden del Dirigente, los médicos competentes capitalinos realizaron la operación quirúrgica en el terreno y le informaron su resultado de auxilio básico.
El Dirigente envió un helicóptero para llevar al minero a Pyongyang e hizo a los médicos tomar las medidas para prevenir los síntomas posibles durante la navegación aérea.
Poco después de despegue, el helicóptero comenzó a temblar debido al viento muy fuerte y se aterrizó en el aeropuerto más cercano.
El Dirigente envió esta vez un avión de pasajero de gran tamaño.
E hizo acondicionar en la nave un gabinete temporal para prestar la asistencia médica intermedia.
Gracias a la atención minuciosa del Dirigente, el minero recuperó el sentido al cabo de unos 10 días de su llegada a Pyongyang y volvió con buena salud a su puesto de trabajo. -0-
www.kcna.kp (2025.04.22.)